Ya hemos hablado en el artículo anterior de como la numismática confirma los datos escritos sobre la muerte de Abderramán III y la sucesión por su hijo Al-Hakam II. Pero con el análisis de dos dirhames de esas fechas podemos además establecer alguna teoría suplementaria.
Las primeras emisiones de al-Hakam II son de un aspecto y metrología notablemente diferentes a las últimas de su padre Abderramán III
Abderramán III, dirham del 349 H, ceca de Medina Azahara
Peso: 2´1 gramos; diámetro: 22´5 mm.
Al-Hakam II, dirham del 350 H, ceca de Medina Azahara
Peso: 3 gramos; diámetro: 24´6 mm
La simple observación de las dos piezas, nos revela una gran diferencia entre ellas. La primera, el dírham de Abderramán III, es totalmente distinta a la segunda, la de Al-Hakam II, tanto en sus aspectos estéticos como en otros de calidad como el peso.
Con respecto a los aspectos estéticos ya desde hacía varios años los dirhames de Abderramán eran muy homogéneos, con letra pequeña que dificulta su lectura sobre todo en el reverso y sin ningún adorno, mientras que en el segundo que se presenta, el de Al-Hakam, su presencia es limpia, con letra perfecta y bien distribuida.
Y en lo referente a las orlas pasan práctivamente desapercibidas en el primero mientras que en el de Al-Hakam están perfectas, lo que se aumenta con la acuñación bien centrada.
Y con respecto a los aspectos relacionados con la calidad, el peso sobre todo, se produce un evidente aumento del mismo. Consultadas obras al respecto, el peso de los dírhames de Abderramán de ese año oscila entre 1,9 y 2,42 gramos mientras que en los de Al-Hakam está entre 2,49 y 3,71 gramos. Y lo mismo podríamos decir del tamaño, que en el caso del de Abderramán había disminuido con respecto a los abundantes dirhames llamados qasimíes de los años 330-3 H.
¿Qué estaba ocurriendo?
Por una parte había cambiado el jefe de la ceca que pasa de Ahmad a Yahyà, pero
¿Qué motivos pudo tener el nuevo califa para el cambio de dicho funcionario?
El hecho de que el peso de la moneda se hubiese rebajado en esos últimos años de Abderramán III tuvo que conllevar asociada una pérdida de la confianza del pueblo en estas piezas. Vamos a ver, si alguien va a dar a escoger entre un dírham de 2 gramos u otro de 3 se prefiere el segundo pues el valor de una moneda venía representado por el valor del metal que la componía. Por eso en los grandes pagos la moneda no se contaba sino que se pesaba.
En el fondo sólo cabe pensar en la ingente cantidad de obras llevadas a cabo, que hacía que se necesitase dinero en abundancia. La prueba de ello la tenemos en los arrabales que se han descubierto con la construcción de la ronda oeste de la ciudad de Córdoba y de las excavaciones de nuevos edificios. En cualquier lugar que se excave por esa zona tenemos los restos de los arrabales.
Las fotos que se exponen son actuales y simplemente una muestra de los arrabales califales que ocupaban numerosas hectáreas de terreno en la dirección Córdoba – Medina Azahara, es decir al oeste de la ciudad actual. Barrios y edificaciones distribuidos como un tablero de ajedrez; pozos, agua corriente, alcantarillado… en fin todos los requisitos para una ciudad moderna. Esto no son casas salpicadas. Se demuestra una planificación previa sólo posible si se realiza bajo una autoridad de alto nivel. Y no digamos de la propia Medina Azahara.
¿Y cómo se podía pagar a la ingente cantidad de trabajadores necesarios? Pues, en mi opinión, entre otras formas disminuyendo el peso de la moneda.
Ahora sí entendemos el cambio radical que se produce con la entrada al poder de Al-Hakam, con una reforma que afecta tanto en el aspecto como en la calidad de la moneda y que está encaminada a restaurar la confianza en el dinero circulante. Y que se sepa que las nuevas piezas son del nuevo califa y que se diferencian de las anteriores. Esto daba al nuevo califa un importante aumento de su estatus, poder y prestigio con vistas a su pueblo y a otros países vecinos en concreto cristianos y fatimíes.
Y para eso lo primero que hace es cambiar como hemos apuntado al jefe de la ceca que pasa a Yahyà.
Como curiosidad se recomienda ampliar la primera foto para ver el brocal del pozo.