El gobierno de Abderramán III había sido muy largo, desde el 300 H al 350 H. En el 300 entró como emir de Al Andalus y desde el 316 hasta el 350 H como califa de Al Andalus, con más de 50 años en total.
Y murió exactamente el 3 de ramadán del 350 de la Hégira (15 de octubre del 961)
Abderramán III, dirham del 350 H, ceca de Medina Azahara
Al-Hakem II, dirham del 350 H, ceca de Medina Azahara
Y al día siguiente, el 3 de ramadán, el 16 de octubre, Al-Hakem II, sucesor en el trono da la primera orden que fue la ampliación de la Mezquita de Córdoba.
También podemos observar el cambio del responsable de la ceca, que pasó de Ahmad en el caso de Abderramán III (último renglón del anverso) a Yahyà (último renglón del reverso). Igualmente se observa un importante cambio que afectó formalmente a las piezas acuñadas y que se detecta simplemente viendo las dos fotos: se ha pasado de una escritura mediocre a otra magnífica. Estos aspectos los analizaremos en el próximo capítulo.
En otros aspectos que afectan no a la forma sino al contenido vemos que la expresión “amir amuminim” (Príncipe de los creyentes) que con Abderramán aparecía en el tercer renglón del reverso ha pasado con Al-Hakem al segundo; en el tercero tenemos el título que adoptó: “Al-Mustansir Billah” (el que busca la ayuda victoriosa de Allah) que en el caso de Abderramán estaba en el primer y segundo renglón y que era “an-Nasir lidin Allah” (el Defensor de la religión de Allah)
Es importantísimo lo que estamos exponiendo aquí pues los datos numismáticos confirman los que aparecen en las fuentes escritas, que Abderramán III murió en el 350 y fue sucedido por su hijo, al tener monedas del mismo año con los dos titulares. No olvidemos que las monedas son documentos verdaderos y originales.
La inscripción de la orla del anverso es exactamente la misma:
Bismi Allah duriba hada al-dirham bi-Madinat al-Zahara sanata jamsin wa talata miat.
En el nombre de Allah se acuñó “este dirham en Me»dina Azahara el año cincuenta y trescientos (la parte entrecomillada está desaparecida en la primera moneda)
Y me vais a perdonar la mala foto de la primera moneda. Lo único que se desprende de ello es que mis aptitudes fotográficas son mejorables.