Pasados los primeros años desde la Guerra Civil española en los que las monedas que se acuñan no tienen el busto del General Franco (los 10 y 5 céntimos de aluminio o la primera peseta de 1944), comienzan a aparecer unas series de monedas en las que sí tenemos el busto de Franco. Sólo se exceptúan los 50 céntimos del agujero que habían heredado el apelativo de dos reales.
La primera moneda con el busto del general es la peseta de 1947, fecha que se prolonga hasta 1966. ¡Veinte años y seguía siendo el mismo! Se decía que Franco no envejecía.
A partir de la aparición de esta peseta ya podemos decir que ha comenzado el franquismo. Es curiosísima la leyenda del anverso que rodeaba el busto de Franco:
FRANCISCO FRANCO CAUDILLO DE ESPAÑA POR LA G. DE DIOS
La palabra caudillo se empleaba por primera vez en la numismática española. Pero ¿qué título se le podía poner? Rey no porque no lo era; ¿Presidente de la República?, esto no era una república. Era Jefe del Estado y Jefe de Gobierno o Primer Ministro; todo dependía de él. Toma, eso es Dictador; no, esa palabra no sonaba bien. Y así aparece la palabra ¡¡Caudillo!!
Aunque aparece el año de 1947 comienzan estas pesetas a acuñarse en 1948, año al que pertenece ésta que os fotografío. Se trata, pues, de la primera moneda en la que tenemos el retrato de Franco.
A continuación el duro (5 pesetas) de 1949. Se trataba de una pieza grande de níquel que se le llamaba “cabezón”.
Y algo después las 2´50 pesetas (10 reales) de 1953, en cuproníquel e idénticas a las pesetas menos en el tamaño. Era por lo tanto medio duro.
Esas tres monedas eran exactamente iguales con la excepción del tamaño y metal.
Y tenemos por último una serie de 5, 25 y 50 pesetas (1, 5, y 10 duros) en 1957. Apareció como consecuencia del encarecimiento del níquel; téngase en cuenta que las 50 pesetas (10 duros) eran de menor tamaño que el duro citado anteriormente. Lo característico era el reverso en el que aparecía el águila inclinada, como comenzando a volar. Y eso es lo que se quería presentar, una España que comenzaba a alzar el vuelo.
Pero lo que nos trae aquí es el nombre de Benlliure, Mariano Benlliure. Se trata del magnífico escultor del busto de Franco que aparece siempre en el anverso. No vamos a hablar de la excelencia de Benlliure quedando demostrada con una sola obra, el mausoleo de la vizcondesa de Termens en la localidad de Cabra.
En el año 1966 aparece un segundo retrato del general, ahora realizado por Juan de Ávalos.
Lo mismo que ocurrió con las de 1947, la acuñación de estas pesetas de 1966 se prolonga hasta 1975, el año que murió Franco. Pues ésta es de ese año.
En esa fecha de 1966 se produce una explosión numismática pues se acuñan piezas de 50 céntimos en aluminio, esta peseta en cuproníquel, y las famosas 100 pesetas (20 duros) en plata.
Éstas, las 100 pesetas es la última moneda acuñada en plata, con unos 50 millones de piezas. Creo que con una ley de 875 milésimas. Evidentemente se trataba de una maniobra política. El valor que se atribuía España con esa acuñación era inmenso. Yo me pregunto ¿Dónde estarían acumuladas esas cantidades de plata?
El busto de Franco lo tenemos ya en el inicio de su decadencia física.
Se cuenta que fue el propio Franco quien escogió a Ávalos. En una exposición le gustó una escultura suya y manifestó que era un buen escultor para España. Alguien le apuntó que había estado exiliado por socialista (tenía hasta carné del partido), a lo que Franco contestó que todos los artistas eran rojillos.
¿Qué diferencia hay entre los dos bustos? Sin entrar en otros aspectos se proyectan las distintas corrientes a las que pertenecían sus autores: realismo y modernismo.
Y ahora el reverso. Es el mismo en todas las piezas. Con varias excepciones es el famoso escudo de la dictadura:
Este reverso corresponde al duro de níquel de 1949. Al escudo durante la dictadura de Franco no le falta nada:
- Centro con los escudos de las regiones españolas (ahora comunidades autónomas y en el futuro no se sabe) propio de los Reyes Católicos.
- Columnas con las ondas marinas y el PLVS VLTRA de los famosos columnarios y que se prolongan hasta la actualidad.
- El águila de San Juan con la inscripción UNA, GRANDE, LIBRE puramente franquista.
- El yugo y las flechas también de los Reyes Católicos que asume Franco. La única diferencia estriba en el número de flechas, mayor en el caso de Isabel y Fernando.
- Y un detalle que ha pasado inadvertido siempre: el valor expresado con letra, que desde los Reyes Católicos hasta ahora sólo había aparecido con números romanos o arábigos.
- Igualmente las estrellas que con seis puntas nos indican que ha sido acuñada en Madrid. Estrellas que aparecieron por primera vez en las monedas hispanomusulmanas y que se asociaban a la estrella Sirio, que como aparecía en el cielo por el oeste se asociaba a Al Andalus, también situado en ese punto cardinal dentro del mundo entonces conocido.