Pero, ¿quién es ése, si el último Carlos ha sido Carlos IV?
Vamos a ver:
Carlos María Isidro de Borbón era hermano de Fernando VII
Carlos Luís de Borbón era hijo de Carlos María Isidro
Y Carlos María de los Dolores de Borbón y Austria-Este era nieto de Carlos María Isidro y sobrino de Carlos Luís, y por tanto bisnieto de Carlos IV
Esos tres personajes son los causantes de las tres Guerras Carlistas
Ese tercer personaje es nuestro Carlos VII. Y como digo, fue el responsable de la tercera Guerra Carlista pues la llegada de Amadeo de Saboya y el posterior Gobierno Provisional-Primera República habían creado el ambiente propicio para que se reactivara el carlismo, y los derechos de sucesión recaían en ese momento en él.
Nació en Leibch (Eslovenia) y murió en Varese (Italia) a los 61 años. En 1866 escribió a su padre declarándose jefe de los carlistas y en 1869 se dirigió a los españoles y tomando el título de Duque de Madrid. Se dirigió por carta al Papa y a todos los soberanos europeos, empezó los trabajos de reorganización del partido, asumiendo su dirección en 1870. La guerra civil empezó en 1874 alcanzando al año siguiente la máxima extensión territorial, momento en el que abre la ceca de Oñate.
Formó gobierno en Estella y reunió un considerable ejército, de unos 40,000 hombres.
Con la llegada de Alfonso XII el general Martínez Campos derrota sus efectivos terminando así la tercera Guerra Carlista en febrero de 1876.
Carlos VII, 10 céntimos de 1875
Pretendiente carlista al trono de España
Acuña monedas en cobre de 5 y 10 céntimos, y en plata de 50 céntimos y 5 pesetas.
Las de plata se acuñan en Oñate, París y Bruselas. Y en cuanto a las de cobre dos autores muestran indistintamente como cecas Bruselas y Oñate. Mi opinión se decanta por Bruselas pues la perfección de esas monedas nos indica que se han acuñado con prensas automáticas, procedimiento que supone una industrialización muy desarrollada y que no podría haberse realizado en Oñate, una localidad sin tradición numismática.
Estos 10 céntimos de peseta son prácticamente iguales que la perragorda de 1870, también 10 céntimos. Iguales en metal, tamaño y valor facial por lo que podían mezclarse con ellas, como así fue.
