CÓRDOBA 2016
Muy difícil es encontrar una ciudad que tenga dos calles dedicadas al mismo personaje. Esta circunstancia se da en Córdoba con Abd-al-Rahman al-Nasir li-din Allah ben Muhammad ben Abdallah.
Se trata de Abderramán III, nombre con el que figura en una calle, y en otra como Avenida de Al-Nasir, que es su sobrenombre.
Y de singular se puede calificar igualmente la oportunidad de apreciar una moneda inédita de dicho personaje, en concreto una variante de dirham. Veámoslo:
“No Dios sino / El Dios, sólo El / No compañero para El / Mohamed”
Anverso, orla:
“En el nombre de Dios se acuñó este dirham en Medina Azahara el año cuarenta y trescientos”
Reverso, centro, y aquí radica la originalidad:
“Al-Iman Al-(N)asir (li)din / Illah Abd-al-Rahman / Amir Almuminin”
“El Iman Protector de la religión / de Allah Abderramán / Príncipe de los Creyentes”
Reverso, orla:
“Mahoma el enviado de Dios, envióle con la dirección y con la religión verdadera, para que prevalezca sobre toda otra religión, a despecho de los asociadores”
Estamos, pues, ante un dirham de Abderramán III del año 340 H (951-2 dC) acuñado en Medina Azahara, siendo jefe de la ceca Muhammad ben Ahmad ben Hudayr
Una de las características del numerario hispanomusulmán es la repetición de las leyendas de sus caras que afectan incluso a la distribución de las mismas. A partir de la autodesignación de Abderramán III como Príncipe de los Creyentes el año 316 H. y hasta su muerte, sus monedas aparecen normalmente con dos distribuciones en su leyenda central del reverso que suelen coincidir con determinados años, pero la que tenemos en este dirham no aparece citada por ningún autor ese año:
Del año 316 al 335 H:
«El Iman Protector de la religión
de Allah Abderramán
Príncipe de los Creyentes»
Un análisis visual muestra una moneda muy nueva pero con cuatro anomalías:
Una marca (A) producida probablemente por unas tenazas al sujetarla situada a unos 6 mm. del borde, y en el lado contrario un doblez pronunciado (B). Son las señales de sujetarla e intentar cortarla por medio de flexiones. Se deduce por la parte más doblada que se intentaba separar un pequeño trozo de metal y que no se consiguió. Y que se optó por cambiar de lugar y se separó por otro lugar perfectamente visible aprovechando posiblemente el menor espesor de la moneda por las gráfilas.
La persona que trataba de separar un trozo sabía lo que quería: que el trozo fuese pequeño, y que la pieza principal siguiese siendo un dirham. Y sabía por donde intentar cortar.
El procedimiento utilizado para fragmentar los dirhams suele ser, como en este caso, por flexión, pero otras veces se utiliza un instrumento cortante. La aleación de las monedas califales suele tener un 70 % de plata, lo que proporciona un metal muy duro al corte y que se rompe fácilmente cuando se le dobla. Por eso se suelen utilizar las tenazas y no las tijeras.
Y el objetivo de la fragmentación estaba en la necesidad de tener moneda fraccionaria para las pequeñas compras pues la moneda propia para este cometido –el felús- hacía ya 40 años que no se fabricaba.
En tercer lugar se observan defectos en la acuñación (C) consistentes en exceso de plata en determinados lugares. Posible consecuencia de un cuño que, aunque con poco uso, estaba roto.
Y por último, en la leyenda central del reverso, primer renglón, faltan algunas letras (El Iman al-Nasir lidin). Parece que al acumularse demasiadas palabras en ese renglón faltaba espacio, lo que el abridor del cuño solucionó eliminando algunas.
Este año Abderramán mandó derribar el alminar primitivo de la Mezquita para iniciar la construcción del definitivo, que se encuentra empotrado en la torre de la Catedral.
Como única es esta moneda, igualmente única es nuestra ciudad de Córdoba a la que deseo le sea concedida la capitalidad cultural europea en el 2016.
En esta moneda ¿dónde se aprecia el nombre del sahib al-sikka? Decís quién es; pero no lo veo en las leyendas