El año 229 H (843-4 dC)

 

 

El corpus numismático de los emires de Al Andalus podría calificarse, si lo observamos en conjunto, como simple y homogéneo.

En ese periodo de los emires el oro no existe, la plata es muy abundante como veremos a continuación, y el cobre es escaso y la mayor parte de las veces se habla de atribuciones a determinados emires sin que se pueda determinar exactamente el titular. Con respecto a la plata tenemos la siguiente distribución de sus leyendas, y que se repite siempre:

 

El anverso centro: Profesión de Fé

El anverso orla: Fórmula de año y ceca

El reverso centro: Sura 112

Y el reverso orla: Misión profética (Sura 61)

Es decir que la única diferencia está en la fecha, que varía del año 138 al 316 H, pues la ceca siempre es Al Andalus.

 

Pero si la observación es algo más precisa veremos, entre otras muchas cosas, que al inicio del emirato independiente los dirhames tienen muy buena acuñación y una letra preciosa. Y esas características se van deteriorando con el paso del tiempo hasta convertirse en unas monedas muy toscas y a veces ilegibles. Este sería el caso de los dirhames que se fotografían a continuación

 

Al Hakem I, dirham del 190 H

Peso: 2 gramos, diámetro: 24 mm

 

Al Hakem I, dirham del 199 H, ceca de Al Andalus

Peso: 2´1 gr; diámetro: 23´5 mm

 

Abderramán II, dirham del 214 H, ceca de Al andalus

Peso: 1’99 gr; diámetro: 24´07 mm

 

 

Pero en el año 229 H se produce una mejoría excepcional en la acuñación de las monedas, de forma que en ese año tenemos unos dirhames que siguen las series anteriores, y otros ya con el nuevo modelo. Veamos:

 

 

Abderramán II, dirham del 229 H, ceca de Al Andalus

Peso: 2´05 gr; diámetro: 24 mm

 

En este dirham aún no aparecen las características reseñadas, siendo todavía del antiguo modelo.

 

 

Abderramán II, dirham del 229 H, ceca de Al Andalus

Peso: 2´1 gr; diámetro: 23´3 mm

 

Abderramán II, dirham del 230 H, ceca de Al Andalus

Peso: 2´1 gr; diámetro: 24 mml

 

Y ahí tenemos dos dirhames ya del nuevo modelo, del 229 y 230 H. Sus características son:

  • Un diámetro menor a los del inicio del emirato.
  • Importante reducción en el tamaño de las letras, con inclinación hacia la izquierda, y mejora notable de la epigrafía.
  • Gráfila interna de tipo circular en el anverso.
  • Mejora en los procesos de acuñación.

 

Dirham de Abderraman II, Al Andalus, 234 H

Peso: 2´7 gr; diámetro: 26 mm

 

Y estas características se presentan también aunque algo más empequeñecidas en los dos años siguientes, el 230 y 231 H. Y bastante más hasta el 236 H. A partir de ese año vuelven totalmente otra vez a la situación anterior al 229 H.

En la foto anterior, del año 234 H, vemos que aún aparece la bonita epigrafía de los años anteriores pero que, sin embargo, ha desaparecido la gráfila interna del anverso.

 

Abderramán II, dirham del 237 H, ceca de Al Andalus

Peso: 2’58 gr; diámetro: 25’69 mm

 

Aquí tenemos un dirham del 237 H, donde ya han desaparecido las características mencionadas anteriormente con la vuelta a la situación anterior. Al año siguiente muere el emir.

 

Diversos autores se hacen eco de la mejora numismática:

Codera: “…en el año 229 se percibe una marcada diferencia en la limpieza y trazado de los caracteres…”

Vives: “…las orlas … son perfectamente circulares…”

Delgado: “…siendo de descuidada acuñación hasta el 229 H…desde dicho año…de forma más regular… elegante y los caracteres cúficos… claros y correctos”

Frochoso: “… se lleva a cabo una transformación importante…”

Peña: “… muestran una hermosa caligrafía y un excelente diseño…eficiencia técnica…”

 

¿Cuál pudo ser la causa de esa mejora en esos dirhames de esos años?

La mejora de la situación económica y cultural fue evidente con el emir Abderramán II. Vamos a citar varios elementos que avalan esa hipótesis:

  • Ampliación de la mezquita de Córdoba.
  • Columnas del mihrab de la ampliación de la mezquita de Córdoba, fruto de un regalo del emperador de Constantinopla Nicéforo Focas
  • Construcción de las mezquitas de Jaén, Sevilla, Barcelona y Gerona
  • Presencia del músico Ziryab, con costumbres orientales que introdujo en la corte emiral.
  • Abbás ibn Firnás, constructor de la primera máquina voladora (personaje del que escribí un artículo con fecha abril 2016)
  • Adquisición del famoso cinturón con broche de esmeraldas que había pertenecido al califa de Bagdad Harun al-Rashid.

 

Todo esto nos viene a decir que en el reinado de Abderramán II se produjo una orientalización de la vida, por lo que es fácil deducir que hubiese un nuevo responsable de la ceca con la consiguiente presencia de grabadores más expertos y cultos.

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *


El periodo de verificación de reCAPTCHA ha caducado. Por favor, recarga la página.