Abu al-Qasim (Abulcasis) nació en el año 324 H (936 JC) en Medina Azahara (*)
Fue un médico cordobés considerado como uno de los padres y el fundador de la cirugía moderna. Sus textos, donde combinaba las enseñanzas clásicas greco-latinas, con los conocimientos de la ciencia del próximo oriente, fueron la base de los procedimientos quirúrgicos europeos hasta el renacimiento. Su mayor contribución a la historia es Al-Tasrif, una obra de treinta volúmenes sobre la práctica médica, donde recopiló todo el conocimiento médico y farmacéutico de la época. Fue, asimismo, un gran innovador en las artes médicas, siendo el primero en emplear el hilo de seda en las suturas.
Especialista en cirugía, en su obra describe los procedimientos que utilizaba en sus operaciones de ojos, oídos, garganta, amputaciones, implantes de dientes, etc. Abū al-Qāsim también inventó el forceps para extracción de fetos en trabajo de partos.
El Al-Tasrif(1000) también introduce el uso de ligadura para controlar la sangre de arterias en cauterización.
Desarrolló más de 200 nuevos instrumentos quirúrgicos que describe en el último libro de su magna enciclopedia, la cual fue profusamente estudiada en toda Europa durante más de cinco siglos después de su muerte.
Como vemos, Abulcasis no era filósofo sino médico. O un médico-filósofo. Y eso es importante pues supone la idea del hombre como de un ser que puede ser mejorado con determinadas técnicas. O lo que es lo mismo, poner en cuarentena la predeterminación. El hombre no nace y vive con un plan marcado de antemano, sino que puede ser modificado, ya que en el futuro se puede intervenir. La idea de la libertad individual está ya presente.
Coincidiendo con el resurgir clásico encarnado por Alfarabi, Avicena y Abulcasis surgen en Córdoba los más bellos ejemplares de la numismática hispano-musulmana. En los años de la acuñación en la ceca de Al-Andalus con Abderraman III y en los de Medina Azahara se acuñan los más bellos ejemplares de dinares y dirhams de todo el mundo musulmán. Y sucede un hecho importante, la aparición en ellos de adornos de tipo vegetal similares a la decoración que forraba las estancias de la mítica ciudad.
Hasta ahora las monedas musulmanas presentaban casi exclusivamente la fecha y leyendas de tipo religioso, añadiéndose en esta fase el nombre del califa en primer lugar, y otros personajes importantísimos del estado califal, como el Primer Ministro, el jefe de la ceca o el Príncipe Heredero. Datos todos ellos que colocan a la numismática hispanomusulmana a la cabeza de la universal, pues en estos momentos una moneda era un documento completísimo.
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Califato de Córdoba. Dirham de Abderraman III, 331 H, ceca de Al Andalus
Anverso: No Dios sino / Dios sólo el / No compañero para el / Qasim
En el nombre de Dios se acuñó este dirham en Al Andalus año uno y treinta y trescientos
Reverso: El Iman / Protector de la religión / de Allah Abderraman / Príncipe de los creyentes
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Qasim es el jefe de la ceca, cuyo nombre completo es Qasim ben Jalif. Su importancia fue tal que en los territorios cristianos estas monedas, que circulaban en ellos, se conocían como dirhames qasimíes.
Y el nombre de Abderraman está acompañado de “Iman” y “Príncipe de los creyentes”. Se unificaban así los dos poderes, el terrenal y el espiritual.
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Califato de Córdoba. Dirham de Abderraman III, 337 H, Medina Azahara
Anverso: …Muhammad
… en Madinat al-Zahra año siete y treinta y trescientos
Reverso: El Imán Protector de la religión / de Allah Abderraman / Príncipe de los Creyentes
Este año y el siguiente se recibieron en Constantinopla y Medina Azahara embajadas recíprocas.
Lo que estamos indicando es que la capital de Al Andalus y la del imperio romano de
Oriente mantenían una igualdad y amistad que tenía que ser el reflejo de un pensamiento común, o en todo caso similar.
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Califato de Córdoba. Dirham de Al-Hakem II, 357 H, ceca de Medina Azahara
Anverso: …. Amir
…en Madinat al-Zahra año siete y cincuenta y trescientos.
Reverso: El Iman Al-Hakam / Príncipe de los creyentes / El que busca la ayuda victoriosa de Allah
……..
Presenta este dírham, al igual que el anterior, adornos vegetales que hacen únicas estas monedas. Adornos similares a los que presentaban los edificios de la ciudad de Medina Azahara, que forraban sus paredes interiores y exteriores
La obra de Avicena (980 -1037), persa de nacimiento y contemporáneo al Califato de Córdoba, dentro de la filosofía es de una importancia capital, pues supone la presentación del pensamiento aristotélico ante los pensadores occidentales de la Edad Media
Colocó a la Razón (encarnada en el propio Dios) por encima de todo ser y explicó que con esto se nos llama a buscar la perfección. También distinguió entre la esencia abstracta y el ente concreto que no exige existir, pero existe por la esencia. Además, el ente está compuesto por una parte necesaria (en este caso Alá, que existe siempre) y una parte de lo posible(el resto de los seres mundo, que sólo existen por una causa: la voluntad de Dios). Niega también la inmortalidad del alma como ente individual.
Es sabido las numerosas visitas y embajadas a Medina Azahara, la capital de Al Andalus con aporte siempre de libros para la biblioteca califal, y la llegada de sabios de todo el mundo conocido.
Avicena se constituyó en el vehículo de ideas que serían claves para la Filosofía Occidental : la Metafísica como ciencia del «ser en cuanto ser»; el «esencialismo», que distingue la esencia de la existencia y considera a esta última como un accidente de la primera; la concepción del alma como sustancia inmaterial capaz de autoconciencia, con una esencia distinta de la del cuerpo.
Avicena sostiene que la producción del mundo por parte de Dios es eterna. El mundo es un efecto eterno de una causa eterna, Dios.
(*) La identificación del año de nacimiento de Abulcasis en el año 324 H lo situaría como de los primeros infantes nacidos en Medina Azahara.
Con cada artículo te superas. ¡Impresionante!
Espero con impaciencia el próximo.