Laureano Figuerola, ministro de Hacienda del Gobierno Provisional del general Serrano retoma un proyecto isabelino y lo aprueba el 19 de octubre del 1868 por el que se implantaba la PESETA como unidad monetaria nacional, al mismo tiempo que entraba en vigor oficialmente el Sistema Métrico Decimal para adecuarse a la Unión Monetaria Latina.
La UML imponía una unidad de plata de 5 gramos y 835 milésimas al igual que la popular pieza de pesseta o dos reales provinciales acuñados desde 1707 por Carlos III “El Pretendiente”.
El gobierno pidió opinión a la Real Academia de Historia que emitió un informe el 6 de noviembre recomendando se imitase a los denarios romanos que el emperador Publio Aelio Adriano en el año 127 dedicó a Hispania, su provincia natal, porque como sabemos había nacido en Itálica (Sevilla).Y antes de terminar el año ya se encontraban grabados los troqueles por Luis Marchionni, que desde 1861 ocupaba el cargo de grabador principal de la Casa de la Moneda de Madrid.
Se comenzó a emitir en 1869 junto con sus correspondientes múltiplos y divisores, pero con distinta ley, pues mientras que las 5 pesetas la tenían de 900 milésimas, en las 2 y 1 peseta y 50 céntimos era de 835 milésimas.
En el anverso aparece una matrona con corona mural y rama de olivo, y recostada sobre unos montes. El cuerpo sobre los Pirineos y los pies sobre el Peñón de Gibraltar, representando así todo el territorio peninsular. Lo más curioso es que no aparece la palabra España.
Estamos al inicio del sexenio revolucionario y, ya se sabe, con la revolución se permite cualquier cosa.
Ese mismo año se modifica la leyenda y se sustituyó el “GOBIERNO PROVISIONAL” por “ESPAÑA”, con lo que se subsana el olvido …. o el complejo.
También es curiosa la expresión del peso, “200 PIEZAS EN KILOGRAMO”
Con esa primera peseta se va a iniciar preciosa una serie, todas ellas en plata y 5 gramos de peso, que llega, pasando por Alfonso XII (joven primero y con patillas después) y Alfonso XIII (pelón, con rizos, con flequillo y con uniforme militar) hasta la Segunda República.
La Segunda República realmente retiró las pesetas de plata primero para confiscarlas sin miramientos después. El posterior inicio de la Guerra Civil agravará la situación pero es éste un periodo del que merece la pena nos ocupemos en otra ocasión.