La tolerancia

La producción numismática de algunos años es especialmente interesante, tal y como ocurre en el año 268 de la Hégira, donde nos encontramos con piezas con una magnífica labra que unida a la forma y contenido de las leyendas de ellas da como resultado una belleza casi insuperable.

Las dos monedas que en esta ocasión veremos están acuñadas en Al Andalus el año 268 H., y merecen nuestro estudio tanto por su calidad como conservación.
En las monedas del emirato de Córdoba no aparece el nombre del príncipe emisor por lo que debemos averiguarlo por el año. Si Muhammad I gobernó desde el año 238 al 273 H. a él pertenecen por tanto estas dos piezas. Son un dirham y un felús del año citado.
Para situarnos es conveniente que sepamos que el emir Muhammad I era tataranieto de emir Abderraman I, y que a su vez era el bisabuelo del califa Abderraman III.

La primera es un dirham de mayor tamaño de lo habitual, lo que permite ver sus adornos exteriores con claridad



Dirham de Muhammad I, Al Andalus, año 268 H.

Anverso, centro: No Dios sino / Allah único / No compañero para él
Anverso, orla: En el nombre de Dios se acuñó este dirham en Al Andalus año ocho y sesenta y doscientos

Reverso, centro: Allah uno, Allah / eterno, no engendró y / no fue engendrado y no hay / para él igual alguno (Corán CXII)
Reverso, orla: Mahoma el enviado de Dios, envióle con la religión verdadera para hacerla manifiesta sobre la religión totalidad de ella aunque conciban odio los politeístas (Corán LXI, 9)



La segunda es un felús del mismo año.

Los feluses son moneda fraccionaria que raras ocasiones nos aportan otros datos que los simplemente religiosos. Al ser, repito, moneda fraccionaria, su uso fue más intenso, lo que unido a ser de cobre – metal menos noble que la plata- y que por otra parte su proceso de acuñación era poco cuidadoso, hace que sea muy difícil una lectura completa. ¡Y tenemos en este caso la ceca y la fecha completas!

Felús de Muhammad I, Al Andalus, año 268 H


La escritura del anverso es exactamente la misma que en el caso anterior, sólo que se cambia la palabra dirham por felús

Reverso, centro: Mahoma / enviado de / Dios
Reverso, orla: Igual

Muhammad I terminó las obras que había comenzado su padre de ampliación de la Mezquita de Córdoba, donde aún se conserva su nombre en la Puerta de los Visires (Bab al-Wuzara), hoy Puerta de San Esteban: “…Por mandato del Amir, perfecciónelo Dios, Muhammad, ben Abd-er-Rahman…”

Y ese año del 268 H (881-882 JC) Muhammad I envió a su hijo al-Mundir acompañando al qaid Hasim ben Abd al-Aziz a la frontera superior asolando Zaragoza.
Todo no iban a ser buenas noticias pues se sublevaron ese año castillos de las Coras de  Riyya, Tukurunna y Al-Yazirat.
Y lo más importante políticamente fue que ese mismo año se inició la rebelión de Umar ben Hafsun en Bobastro, que llegó a fundar un reino cristiano independiente que se prolongó hasta Abderraman III.

Muhammad I
Puerta de los Visires de la Mezquita-Catedral de Córdoba



El gobierno de Muhammad I se caracterizó por la persecución de los cristianos. Y éstos se caracterizaron por la tolerancia. Múltiples son los mártires cristianos de ese momento destacando entre ellos San Eulogio, arzobispo de Toledo. Le fue bien el sistema en Córdoba, pero no así en Toledo donde llegó a producirse la rebelión de los mozárabes.
Tolerancia, acción de tolerar. Tolerar, del latín tolerare: sufrir, soportar, llevar con paciencia.



Cuando Abderraman I pretendió la construcción de la Mezquita de Córdoba tuvo la necesidad de adquirir a la comunidad mozárabe la parte correspondiente de la Basílica de San Vicente que continuaba en su poder. En el acuerdo de cesión estaba el permitir la reconstrucción de las iglesias del extrarradio.
Pues bien, Muhammad I, en un alarde de intolerancia hacia los cristianos derribó todos esos templos. Los tolerantes fueron los cristianos que sufrieron y soportaron – tal y como dice la definición – la acción de Muhammad I.

La tolerancia se nos ha vendido muy bien por el gobierno a los españoles en estas dos últimas legislaturas socialistas de España como si él –el gobierno- la hubiese practicado, cuando los tolerantes han sido los que sufrían sus consecuencias; no olvidemos el “matrimonio” gay, retirada del crucifijo de las escuelas, ridiculización de Dios, menosprecio de los sacerdotes, acoso de los colegios religiosos…
El colmo de la “tolerancia” de este gobierno hacia los más débiles ha sido considerar al feto humano como un ser vivo pero no como un ser humano (Ministra de Sanidad en declaraciones a la cadena SER el 17.05.09)
 

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