No olvidemos que una moneda además de ser un vehículo empleado para el intercambio de mercancías, que es para lo que se creó, es una obra de arte pues siempre se ha intentado que la belleza sea una de sus características.
Pero por diversos motivos se ha roto en mayor o menor grado esa belleza. Hoy vamos a presentar varios procedimientos que se han utilizado para estropearlas. Y téngase en cuenta que son simples ejemplos.

República Española
1 peseta de 1933, ceca de Madrid
Peso: 5,2 gr; diámetro: 23 mm.
Se trata de la Segunda República y es la última peseta acuñada en plata, y ya muy próxima a la Guerra Civil. Parece ser que la acuñación se realizó por motivos propagandísticos.
En su anverso aparece un resto de soldadura que denota su empleo como joya. Mal está que se engarcen en una pulsera y sujetadas por ganchitos pero que se le realice una soldadura… Si se quiere una moneda en una joya para eso existen muy buenas imitaciones en joyería.

Peso: 26,2 gr; diámetro: 39 mm.
Fernando VII, 5 pesetas de la ceca de Tarragona
Pertenece este duro a las llamadas monedas obsidionales, que son producidas en momentos de incertidumbre.
Con la ocupación napoleónica de fondo, Tarragona acuña este duro sólo en el año 1809. En el reverso el escudo de la ciudad.
¿Y qué le ocurre a este duro? Pues si se observa de cerca se le aprecia una limpieza inadecuada, habiéndose utilizado un estropajo metálico o similar.


Carlos IV, 8 maravedíes de la ceca de Segovia
¡Pobrecilla, cómo ha quedado!
Esto seguro que es obra de un chaval aburrido. El año 179_


Carlos III, 4 reales de 1772
Ceca de Lima
Peso: 12´8 gr; diámetro: 33 mm.
Un sistema muy común de transportar las monedas era realizarles un taladro e insertarlas en un cordón o alambre. Se ven en piezas de plata de los siglos XVII y XVIII, y en hispanomusulmanas. Hasta ahí normal.
Pero ya en etapas recientes se trata de disimular ese taladro y se le realiza una compostura que en este caso incluye las letras correspondientes (IS y UE)
El taladro rebaja el valor de la moneda pero el parche lleva el valor a límites bajísimos, pues el taladro formó parte de la historia de la pieza mientras que el susodicho parche es un añadido fuera de su tiempo.

Fernando VI, ½ real de 1749
Ceca de Madrid
Obsérvesele el golpe recibido en el anverso. Golpe con herida.
Es muy común encontrar este tipo de monedas con este golpe. Téngase en cuenta que estamos ante una moneda de oro, motivo por el cual eran piezas muy susceptibles de falsificación.
El motivo del golpe con herida era acceder al alma de la moneda y comprobar si era del metal correcto.
